¿Cuántas veces hemos oído esta frase cuando queremos comprar algo? Es más habitual de lo normal, y la frustración que sentimos suele ser grande. Cuanto menos tendremos que emplear más tiempo del esperado para que nos devuelvan nuestro cambio, el que el empleado tardará en ir a pedir cambio a otro negocio. Ya es suficientemente difícil atraer clientes como para que cuando nos vengan a dar el dinero le pongamos impedimentos a la compra.
El cambio forma parte de la caja mínima operativa, definida como “dinero en caja que un negocio necesita mantener para su correcta operativa diaria”( www.diccionarionafinsa.com). Y es aquí donde se falla, dejamos de ser correctos en nuestra operativa diaria. Claro queda que el montante de caja podríamos considerarlo como un dinero inútil, pues no le sacaremos rendimiento al no invertirlo. Pero deberíamos hacer otra lectura donde consideráramos que dicho dinero sí nos da rendimiento, pudiendo atender a nuestros clientes y realizando la venta, la cual nos genera el rendimiento.
Ya hemos visto que es necesaria una caja operativa suficiente. Ello nos ha de llevar a adoptar los procedimientos necesarios. Por un lado aquellos procedimientos habituales de obtención del cambio, y por otro de controles de seguridad, de cantidad mínima, por debajo de la cual debemos poner en marcha las acciones de urgencia de obtención del mismo. Nos puede parecer caro o inútil tener una cantidad elevada de cambio, pero ¿hemos calculado cuál es el coste de perder ventas por dicha causa?.