Hace poco he visto este post: https://www.cbinsights.com/blog/startup-failure-reasons-top/
En él se ordenan las 20 causas más comunes por las que fallan las empresas de reciente creación basadas en la tecnología, o startups, aunque la clasificación es perfectamente aplicable a cualquier otro proyecto empresarial. Entre las cinco primeras hay dos razones financieras: liquidez insuficiente en el número dos y errores en el cálculo de costes y, por tanto, en el establecimiento de precios de venta en la quinta posición.
La liquidez es un problema recurrente en la gestión empresarial, agravado por la merma en la financiación disponible en los mercados financieros. Aparece por varias causas: mala política de cobros y pagos, falta de planificación y control, excesivo endeudamiento a corto plazo, etc. El presupuesto de tesorería es una herramienta indispensable para el gestor empresarial, ya que proporciona visibilidad de los recursos líquidos y su evolución y, por tanto, guiará la toma de decisiones que la comprometan. Si no existe, ¿cómo sabemos si tendremos mañana el efectivo suficiente para pagar las compras de hoy, o para pagar los vencimientos de deudas? O ¿hasta cuándo nos durará el dinero que tenemos ahora con los cobros previstos? ¿O el límite a negociar en nuestra cuenta de crédito?
En cuanto a la segunda razón financiera, erróneo cálculo de costes y precios de venta, parece una tontería pero no lo es en absoluto. Os sorprendería la cantidad de empresas, y no siempre las más pequeñas, que caen en esto. Un ejemplo: ¿sabéis cuánto cuesta el absentismo de los trabajadores? Los impuestos no deducibles también hay que incluirlos. La depreciación de los activos. O la improductividad. En definitiva, una mala contabilidad analítica o de costes va a conducir al establecimiento fallido de precios de venta y, por tanto, a perder dinero y al cierre de la actividad.
La moraleja es que cualquier actividad económica o empresarial necesita una gestión de sus finanzas competente y adecuada, porque si no resultará fallida tarde o temprano. El sueldo de un buen director financiero no es un gasto, es una inversión.