Las dos últimas personas que nos han contactado para ver si nos contrataban empezaron el diálogo con esta frase:” ¿cuánto cobran?”

Vamos a ver. Evidentemente, hay que conocer lo que se va a pagar por cualquier cosa que vayamos a comprar, pero en muchos casos, como en el de nuestros servicios, no es lo primero que hay que saber, ni lo más importante.

En nuestra opinión, la conversación para llegar a un acuerdo de colaboración debería comenzar así: “tengo tal problema, ¿pueden ustedes solucionarlo?

Y si contestamos que sí, entonces es cuando viene la siguiente pregunta, la que mencionaba antes: “¿por cuánto?”

Esto implica una reflexión previa a la contratación de servicios financieros, y de cualquier otro tipo, ya que supone la identificación del problema, la asunción de la necesidad de ayuda externa y, por último, la contratación de la mejor opción para la empresa. Y aquí es donde quería llegar: la mejor opción no es la más barata, sino la que es capaz de solucionar el problema al menor coste. Si nos centramos sólo en el segundo aspecto sin considerar convenientemente el primero, no tomaremos la decisión adecuada. Porque les digo una cosa: no me creo que la contabilidad y fiscalidad de una empresa, por pequeña que sea, se lleve bien por 50 euros al mes, como he visto ya algunos casos. Una contabilidad bien llevada requiere tiempo. ¿Cuántos clientes piensan que necesita un gestor que cobra 50 euros al mes para ganar un sueldo digno? Más de las que puede atender, se lo digo yo. Y lo que acaba ocurriendo es que el cliente, por ahorrarse, digamos, 100 euros, termina tirando 50 a la basura, porque la contabilidad no está como debe, y tendrá problemas con hacienda, con los bancos, etc. Y habrá que ver qué clase de atención fiscal recibe. No ha solucionado el problema, se ha centrado sólo en el segundo tema, el coste.

Señores, el valor del dinero no es absoluto, es relativo, en función a lo que nos permite conseguir, a las necesidades que satisface. Si perdemos la perspectiva y no tenemos el bien último de la empresa como referencia, tomaremos malas decisiones y acabaremos dañándola. Y lo más barato no suele ser lo mejor. Así que si quieren pagar 50 euros por su contabilidad, a nosotros no nos llamen. Dénsela a otros.